La vida es una mierda, creéme, te lo digo
yo que sé bien de que hablo, yo que la lloré mas de mil noches y la toque,
apenas, más de diez veces.
Te lo digo porque me dejo con la boca llena
de palabras, frases enteras en la boca, boca que no pude abrir; porque me grabo
en la yema de los dedos varias tersuras que no volví a conseguir y que hoy no
recuerdo por el tacto sino por esa acción cobarde de no tocar.
Te lo digo porque más de una vez me tomo
desprevenida sin avisos, sin señales; pero la verdadera amargura es verla
agotarse, desmoronarse, consumirse, degradarse, desgastarse y extinguirse.
Te lo digo porque lo único que te deja es
esa silla fría, áspera e incómoda donde vas a esperar la próxima muerte
14/11/12
Natalia Bolasell
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